¿Vacunarse o no vacunarse? (1) Seguridad, riesgos y beneficios de las vacunas. A propósito del caso de difteria en Cataluña

¿Vacunar o no vacunar? Seguretat i beneficis de les vacunes i mites i veritats dels grups antivacunes

Camapaña vacunación difteria de los 70s. Fuente

Desafortuadamente asistimos estos días al primer caso de difetria declarado en España desde hace 28 años. Al igual que otros brotes de enfermedades que se consideran erradicadas o casi erradicadas en nuestro país, los casos se vuelven a dar entre personas no vacunadas, bien sea por estar desvinculadas de los servicios sanitarios (poblaciones marginales o inmigración sin acceso a sanidad) o por ser hijos de padres afines a las teorías de los grupos antivacunas y que deciden no vacunarlos por diferentes motivos a pesar de las recomendaciones de sus pediatras y médicos de familia.

Mi relación con las vacunas se sale de la ortodoxia médica más habitual. Después de la universidad, entré en contacto con los grupos antivacunas en varios cursos de postgrado que hice sobre medicina naturista. Me interesé por sus teorías, asistí a algunas charlas y visité stands en ferias alternativas como biocultura donde tenían y tienen mucha resonancia. Aunque muchas de sus denuncias no
tenían fundamento científico, algunos de sus argumentos eran ciertos pero muy exagerados, lo que hacia parecer a la gente sin conocimiento científico que todo lo que se decía en estos grupos estaba demostrado, por ejemplo el hecho de que las vacunas puedan tener efectos secundarios  o el uso de tiomerosal como conservante en las vacunas más antiguas.

Por ello, tanto si eres un vacunófilo implacable como si eres un antivacunas convencido, me gustaría poder aportar un poco de luz a vuestras creencias y a ver si conseguimos consensuar posturas más neutrales que beneficien a todos. Sé que a los lectores no les gustan las entradas largas, pero es imposible intentar explicarlo todo en 1 ó 2 minutos, así que poneros cómodos y dispuestos a leer.


 

Vacunas si, por supuesto, pero las justas

Después de escuchar, debatir, leer libros y revisar evidencias y argumentos a favor y en contra de las vacunas tanto de líderes antivacunas como de epidemiologos, inmunólogos, médicos de familia y pediatras, mi posición es claramente en defensa de las vacunas incluidas en el calendario vacunal.

Pero también soy firme defensor de que las vacunas, han de ser las justas y no más. Algunas personas, incluidos algunos profesionales sanitarios, son pro-pro-pro-vacunas aferrimos y no son capaces de ser objetivos en este tema (muchos por desconocimiento) incluso negando los efectos secundarios que aparecen en los prospectos.....tampoco es mi punto de vista.

Las vacunas son extremadamente seguras, pero hay que terner en cuenta que aunque muy infrecuentes, las vacunas, como cualquier medicamento, puede tener efectos secundarios, la mayoría leves, alguno grave (1 por 100.000 a 1 por millón de dosis según el tipo de vacuna y efecto) excepcionalmente alguno muy grave (del orden de menos de 1/ por cada 1-10 millones de dosis) (10,11). Por eso han de usarse las justas y necesarias. Estas complicaciones también ocurren cuando se pasan las enfermedad de forma natural pero con una frecuencia muchísimo mayor (los mismos y otros mucho peores), de manera que el beneficio siempre compensa con creces el extremadamente bajo riesgo de vacunarse.

Las vacunas han sido acusadas de forma injusta y errónea de efectos secundarios que no producen, como han demostrado en múltiples estudios de miles y miles de personas vacunadas (1). Entre estos falsos efectos secundarios está el autismo, las alergias, la esclerosis múltiple o el Alzheimer, que por desgracia se han ido extendiendo por el boca a boca y a través de personajes mediáticos con conocimientos científicos escasos o sesgados.

Los grupos antivacunas tienden a infravalorar de forma excesiva las complicaciones de las enfermedades infecciosas, mientras que magnifican de igual manera los efectos secundarios de las vacunas, ofreciendo una visión muy sesgada de la realidad que resulta alarmista y genera desconfianza infundada a la población, poniendo en riesgo la salud de muchas personas si la gente se cree en masa sus argumentos y deja de vacunarse.


¿Por qué hay miedo a vacunar en algunas personas?

Es fácil, demasiado simple, poco efectivo e incluso contraproducente decirle a un padre que no quiere vacunar a sus hijos que las vacunas son buenas, que son inocuas y que tiene que vacunarles y punto. Este no es un argumento convincente para las personas con creencias muy elaboradas en contra de la vacunación.

Las vacunas son muy seguras, confía en ellas. Fuente

El principal motivo para no vacunar de algunas personas es la desconfianza en la seguridad de las mismas. Las vacunas clásicas y más beneficiosas como las de la difteria, tétanos, tosferina, la triple vírica, polio o la meningocócica llevan años usandose y han sido sometidas a un escrutinio de efectos secundarios por las agencias de vigilancia y seguridad muy estrecho, sobre todo con el auge de los grupos antivacunas de los últimos 30 años. Algunos hechos desencadenaron el miedo a las vacunas en algunos círculos y han supuesto los principales argumentos de estos grupos. Por ejemplo:
  • En 1998 se publicó un estudio en la revista médica The Lancet  que relacionaba la vacuna de la triple vírica con el autismo. Posteriormente se supo que su autor Andrew Wakefield, había falseado los datos para hacer parecer que existía tal asociacion. La propia revista reconoció el error y al médico se le retiró su licencia para trabajar en el Reino Unido. En 2014 se publicó un seguimiento de 1,3 millones de pacientes que demostraba la nula asociacion de la vacunación y el autismo (2).
  • También algún rarísimo caso de polio por el virus atenuado de la antigua vacuna oral en personas que eran inmunodeficientes (no en sanas) saltó a la opinión pública. Por este motivo la vacuna oral de la polio está desaconsejada en personas con inmunodeficiencias, y desde desde 2004 en España sólo se usa la vacuna inyectada inactivida que no tiene este riesgo (3). Aunque era extremadamente raro, un solo caso siempre es muy mediático a pesar de que la vacuna evita millones de muertes y parálisis cada año en todo el mundo (mas información en este enlace (3), 
  • Otros casos de brotes de enfermedad por vacunas defectuosas se remontan a cuando comenzaba la era de las vacunas en el siglo XVIII y XIX con la viruela (se usaba contenido de las postulas para vacunar a otras personas) o primera mitad del siglo XX con otras vacunas. Estos argumentos tan tan antiguos siguen usándose en contra de las mismas y leyéndose en los libros en contra de las vacunas, cuando las vacunas han ido evolucionando en composición, dosis, seguridad, calidad y estandarización en su fabricación y nada tiene que ver hoy con la de hace tantísimos años. Pensemos que los primeros movimientos antivacunas datan de 1879 en Estados Unidos y algunas de sus tesis perduran desde entonces aunque la ciencia haya demostrado que no son ciertas o las vacunas de ahora ya no se parezcan en nada a las de entonces. Estas ideas han pasado al ámbito de las creencias y de la cultura popular de donde cuesta eliminarlos como con otros falsos mitos.
  • Por último, el uso de timerosal como conservante de vacunas y de hidróxido de aluminio como adyuvantes han sido argumentos para decir que las vacunas son tóxicas. Como veremos más adelante y de forma más extensa en otra entrada, su peligrosidad ha sido exagerada de nuevo de forma alarmista.
Para extremar la seguridad de las vacunas ante las críticas y el auge de los grupos antivacunas, en 1999 fue creado el Comité Consultivo sobre la seguridad de las vacunas de la OMS y en 2012 la Iniciativa global sobre la seguridad de las vacunas de la OMS que siguen recopilando datos, haciendo controles e informando de sus conclusiones de forma periódica.

Podéis leer una completa historia de los grupos antivacunas en este enlace y una revisión completa sobre los mitos de los efectos secundarios de las vacunas y argumentaciones en contra de los mismos en este monográfico sobre seguridad y vacunas del portal sanitario de la región de Murcia.

Las vacunas del calendario son extremadamente seguras en comparación con pasar las enfermedades de forma natural

Es mucho muchísimo más peligroso pasar una enfermedad grave prevenible que ponerse una vacuna contra ella.
Pasar una enfermedad de forma natural como la varicela o el sarampión es muchísimo más peligroso para un niño (y más para un adulto) que vacunarse que es extremadamente seguro. Ni que decir tiene con otras enfermedades mucho más graves como la polio, la meningitis meningococcal o neumocócica o el tétanos. En comparación con sufrir la enfermedad, el balance riesgo beneficio es muy muy muy positivo hacia las vacunas.

Un simple ejemplo, analicemos algunos de los riesgos de complicaciones de pasar el sarampión, la rubeola y la parotiditis algo habitual en los años 80 cuando yo era pequeño y comparemoslo con los de dos dosis de la vacuna triple vírica. Se trata de 3 enfermedades que a priori la gente ve como no graves, que se pasan en la mayoría de los casos sin dejar secualas y complicaciones, pero los médicos vemos que si que las tienen.
  • Complicaciones graves de pasar el sarampión (2): Las personas que padecían el sarampion antes de iniciarse la vacunación en EEUU tenían una tasa de complicaciones de:
    • Encefalitis 1/1000 casos (mortalidad 15%, lesiones residuales 25%), 
    • Convulsiones 6-7/1000 casos
    • Neumonía 6/100 casos
    • Muerte 2/1000
    • Panencefalitis esclerosante subaguda (SSPE) 5-10 casos por millón de infectados por sarampión.
    • Sarampión hemorrágico, excepcionamente
  • Complicaciones graves de la rubeola (3):
    • Encefalitis 1 de cada 6000 casos, 
    • Purpura tromboctopenica y otras hemorragias en 1 de cada 3000 casos. 
    • Encefalitis progresiva (muy infrecuente)
    • El peor riesgo de la rubeola es que infecte a embarazadas ocasionando rubeola congénita y que produce malformaciones, ceguera y muerte fetal.
  • Complicaciones de la parotiditis:
    • Meningitis y encefalitis entre 1/6000 y 1/300 casos
    • Sordera unilateral 1/20.000 casos
    • Orquitis (inflamación testicular) en 10-60% casos según edad, con posibilidad de esterilidad o reducción de la fertilidad en algunos casos.
    • Pancreatitis  3% de los casos

Sólo teniendo en cuenta los casos de encefalitis, la vacuna de la triple vírica tienen una frecuencia inferior a 1 caso por cada 10 millones de dosis, mientras que el riesgo de encefalitis causada por las 3 enfermedades pasadas de forma natural son del orden de 1 de cada 1.000 a 2.000 casos de sarampión, 2-4 de cada 1.000 casos de parotiditis y 1 de cada 6.000 casos de rubeola. (8)

Visto desde esta perspectiva, el que la vacuna de la triple vírica tenga efectos secundarios significativos en 1 de cada millón de dosis puestas deja en evidencia que es extremadamente más segura que pasar 1 ó las 3 enfermedades, algo que era la norma cuando éramos pequeños y que volvería a ocurrir si dejáramos de vacunarnos. Los números no dejan lugar a dudas, y esto se repite con otras enfermedades graves como la hepatitis B, el tétanos (enfermedad no erradicable que es mortal en un 20-30% de los casos sin tratamiento), la difteria (con una mortalidad entre el 5-20% de los casos según edad.) o la meningitis por poner un ejemplo, aunque cada vacuna tiene sus riesgos y frecuencias particulares debido a su composición y que pueden oscilar entre 1/100.000 a 1/1-10 millones de dosis según efecto y vacuna.

Más información sobre la vacuna triple vírica y su seguridad en este enlace (9) y en este otro (10)


Enfermar de forma natural genera una hiperestimulacion inmunitaria que produce a veces complicaciones autoinmunes

Las infecciones producen una hiperestimulacion del sistema inmunitario
que favorecen los procesos autoinmunes en personas predispuestas
Cualquier medico sabe que una infección vírica, una infección bacteriana o un síndorme febril puede en raras ocasiones conllevar complicaciones no relacionadas con el efecto del virus o la bacteria en si mismo sino con la respuesta inmune que se pone en marcha en el cuerpo como respuesta al ataque del germen. El cuerpo desencadena una respuesta inflamatoria inespecifica y específica que en determinadas personas genéticamente predispuestas o ante factores ambientales y epigenéticos concomitantes, la mayoría de ellos desconocidos, generan el efecto autoinmune.

Glomerulonefritis o fiebre reumática por infecciones estreptocócicas, Sindrome de Gillain Barré por una gripe u otras virasis, Púrpuras trombocitopenicas o inflamaciones glandulares (parotiditis, pancreatitis o tiroiditis) secundarias a virus del sarampión o parotiditis, brotes de Esclerosis múltiple ante cuadros febriles en personas ya enfermas o predispuestas, o cuadros de artritis reactivas a distintas infecciones son sólo algunos de los ejemplos.

Las vacunas estimulan el sistema inmunitario para conseguir generar una respuesta inmune que produzca anticuerpos y nos otorgue protección. En rarísimas ocasiones pueden ocurrir también algunas de estas reacciones autoinmunitarias, porque es algo inherente a la estimulación del sistema inmune y a la generación de anticuerpos protectores. Sin embargo las vacunas, nos permiten generar anticuerpos protectores sin ocasionar síntomas o siendo estos mucho menos intensos que las enfermedades reales, y por este motivo, son muchísimo menos capaces de producir complicaciones inmunomediadas/autoinmunes que las enfermedades en sí misma (a mayor intensidad del cuadro, mayor fiebre y afectación del estado general de las enfermedades mayor es la activación inmunitario y el riesgo de una de ellas), y a esto se une que evitan las complicaciones propias de cada enfermedad causadas por el efecto directo del germen.

No se si queda claro para los profanos en medicina a lo que me estoy refiriendo. Espero que si, y si no me pregunatais y seguiré aclarando en los comentarios y en futuras entradas.


Los adyuvantes de las vacunas, el aluminio y las reacciones autoinmues

El aluminio se usa como adyuvante en algunas vacunas
Otra de las razones que dan los partidarios de no vacunar es que las vacunas contienen aluminio, y que éste es responsable de reacciones alérgicas y autoinmunes. De nuevo es un razonamiento exagerado aunque no del todo erróneo. Veámoslo.

El hidróxido de aluminio se usa como adyuvante en algunas vacunas inactivadas para aumentar la efectividad de las mismas porque si no, no serían efectivas o bien la protección que generan seria de corta duración. Éste adyuvante aumenta la capacidad de estimular el sistema inmune, incrementando el riesgo potencial de reacciones inmunomediadas, que ya hemos visto que las enfermedades infecciosas las generan también, pero en comparación, la frecuencia de las reacciones autoinmones por aluminio es extremadamente baja. Además no solo ocurren por el aluminio si no también por otros componentes de las vacunas, incluidos los propios antígenos, ya que incluso vacunas sin aluminio pueden producirlas (11,15). Desde hace unos años se está describiendo un síndrome clínico conocido por la  comunidad científica como Síndrome ASIA (Síndrome autoinmune/Inflamatorio inducido por adyuvantes) (11), estas reacciones se relaciona no sólo con el aluminio de las vacunas y otros de sus componenete, sino también con otros factores medioambientales, como químicos, medicamentos y otros factores externos. Otro día hablaremos más en profundidad del tema pero quedémonos hoy tres ideas:
  1. Que la posibilidad de que el aluminio de las vacunas sea el desencadenante de una enfermedad autoinmune, aunque es posible es muy infrecuente y es probable que esté relacionado con factores genéticos predisponentes que probablemente hubieran desarrollado estas enfermedades en el futuro ante otro tipo de estímulos (una infección, un químico...). El adyuvantes actúa muchas veces de precipitador de la enfermedad o de desencadenante de un nuevo brote. 
  2. Que es más probable que sucedan si ya se ha tenido una reacción inmune/autoinmune previa a una dosis anterior al menos si se usa la misma vacuna (15).
  3. Que la gran mayoría de las enfermedades autoinmunes no están relacionadas con el aluminio u otros adyuvantes de las vacunas. Los casos relacionados son minoritarios dentro del total de casos, y además estas enfermedades ya existían antes de las vacunas.
El hidróxido de aluminio además tiene potencial neurotóxico (11) y puede persistir en el cuerpo durante varios años (hasta 8-10 años) (15). Por ello se está desarrollando nuevos adyuvantes diferentes al aluminio que sean menos persistentes y más seguros, y que puedan incrementar la seguridad de las vacunas todavía más. El hecho de que otros tipos de adyuvantes hayan producido tambien este tipo de reacciones y la frecuencia tan baja de las mismas no permite saber si el beneficio que se conseguirá será clinicamente relevante, pero igual que se hizo con el mercurio es preciso seguir investigando alternativas más adecuadas.

Vacunas de recuerdo sin adyuvantes, todavía mas seguras

Las últimas novedades en adyuvantes de vacunas, han determinado que en las vacunas de recuerdo, el efecto del adyuvante para estimular la memoria inmunológico es bastante resicual, y se podrían evitar su uso en las dosis de recuerdo (20) incrementándose aún más su seguridad al menos en las de adultos. Así que quizás en un futuro dispongamos de vacunas de recuerdo sin adyuvantes para las que los tienen. Hoy en día ya estamos actuando de esta manera con la vacuna neumocócica en adultos inmunodeprimidos, la primera dosis se aplica con la neumococica 13 conjugada mientras que la segunda y tercera dosis se hace con la neumocócica polisacarida sin adyuvante.

Autoinmune no es o mismo que alergia, son dos mecanismos inmunológicos diferentes. Lo que no se ha demostrado es que el aluminio y las vacunas en general produzcan o estén relacionados con el aumento de las enfermedades alérgicas. Los datos existentes hablan en contra de esta asociación. Podéis ver una explicación más detallada en este enlace.

En el futuro es posible que se puedan delimitar los grupos más susceptibles de tener reacciones autoinmunes mediante estudios genéticos o en función de los antecedentes personales, familiares y efectos de las dosis previas, pero de momento son planteamientos teóricos que están en estudio, inclusive estas relaciones causales sigue en debate. Más información, especialmente para médicos, en este completísimo articulo de la revista Journal of Autoimmunity de 2013, Autoimmune/inflammatory syndrome induced by adjuvants (ASIA) 2013: Unveiling the pathogenic, clinical and diagnostic aspects. (11) (http://dx.doi.org/10.1016/j.jaut.2013.10.004)
y en este otro de Pharmacological Research  Review. Predicting post-vaccination autoimmunity: Who might be at risk? (15) http://dx.doi.org/10.1016/j.phrs.2014.08.002


Algunos otros mitos de los grupos antivacunas

Muchos son los motivos que utilizan las personas que no confían en las vacunas para justificar su decisión de no vacunar, pero ninguno debería justificar la no vacunación. Podéis leer una entrada ampliada sobre los mismos en este enlace y descubrir si están justificados. Puedes clicar en cada uno de los enunciados también para la justificación.

Pasado y presente de los movimientos antivacunas

Hemos visto que los grupos anti vacunas vienen del siglo XIX. Al principio fueron muy minoritarios pero se radicalizaron a finales del siglo pasado. Los impulsores de los grupos antivacunas han ido suavizando sus posicionamientos en los últimos años a medida que han ido apareciendo datos que no confirmaban sus teorías y se retiró el mercurio de la mayoría de las vacunas, pasando de  posturas en contra de todas las vacunas, hasta las más actuales de uso "más racional" de las mismas. Muy pocos son los que recomiendan ya no vacunar de nada a los hijos, pero de aquella época han quedado algunos gurus sin formación médica ni criterio científico que siguen engañando a personas de buena fe que quieren lo mejor para sus hijos, especialmente entre grupos afines a las terapias naturales, el vegetarianismo o afines a las teorías de la conspiración.

Eso sí, hay que reconocer que en algunas cosas han puesto el dedo en la llaga, y aunque de forma exagerada y causando una alarma excesiva, han forzado a la retirada del timerosal de las vacunas y a que se investiguen los efectos del hidróxido de aluminio sobre la salud y las reacciones autoinmunes relacionadas con la vacunación.


Inmunidad de rebaño, una falsa sensación de seguridad de no vacunarse aprovechando la vacunación del resto de la población

Hay personas que no se vacunan y dicen no haber tendido problemas, al menos en los primeros años si tienen suerte. Estos casos sirven de mal ejemplo a otros padres, que los consideran una prueba de que si no te vacunas no pasa nada y les dan una falsa sensación de seguridad y de reafirmación en sus creencias. Estas personas se benefician de lo que llamamos inmunidad de rebaño. Es decir, si la mayoría de niños que te rodean están vacunados, es mucho más difícil que te contagies de esa enfermedad aunque tu no lo estés. Decidir no vacunar sabiendo que uno aprovecha la inmunidad que aporta al grupo la vacunación del resto de la comunidad, es un poco insolidario. Dejamos de aportar beneficio al bien común de la sociedad y nos aprovechamos del que aporta el resto de la sociedad, si todos hiciéramos lo mismo, volveríamos a estar todos en riesgo alto de enfermar y nunca se erradicarían las enfermedades infecciosas graves.

Inmunidad de grupo. Fuente 
Escenario 1: Nadie está vacunado--> La enfermedad se extiende entre la población
Escenario 2: Algunos están vacunados--> La enfermedad se extiende entre una parte de la población
Escenario 3: La mayoría están vacunados--> Las enfermedades no se contagian entre los no vacunados. Las personas vacunadas cortan la transmisión.

No vacunase puede poner en riesgo a personas inmunodeficientes, enfermos crónicos y otras personas no vacunadas

Una persona no vacunada que se contagia de una enfermedad ya erradicada o infrecuente, puede iniciar un brote de esa enfermedad y ser vehículo para extenderla a otras personas no vacunadas, pero también a personas inmunodeficientes, ya sean por ser transplantados, personas que toman inmunosupresores, enfermos crónicos, ancianos etc etc... poniendo en riesgo a una población susceptible de enfermar y de sufrir importantes complicaciones y que está menos protegida ya sea porque la vacuna está contraindicada en este grupo de población o porque responden menos a las vacunas. Por tanto vacunándonos también protegemos a los que no pueden vacunarse o están debilitados.


Algunas vacunas ayudan a erradicar enfermedades infecciosas

End Polio Now. Campaña para la erradicación de la polio de la Iniciativa Mundial para la Erradicación de la Polio. Rotary International, el UNICEF, CDC y Fundación Bill y Melinda Gates
Además cuando nos vacunamos contra enfermedades cuyo unico reservorio es el hombre buscamos también llegar a erradicar este tipo de enfermedades del planeta y que en el futuro no sean necesarias estas vacunas. Esto ya ocurrió con la viruela, pero existen otras enfermedades que están en vías de erradicación como la Polio (a punto de ser erradicada en los próximos años), el sarampión (la siguiente enfermedad que se espera erradicar pero que está sufriendo repunte en países desarrollados debido a los fujos migratorios y la población no vacunada), la rubeola, la hepatitis B, la parotiditis o la varicela son futuras candidatas a erradicarse. Si entre todos colaboramos antes lo conseguiremos.


El mundo globalizado es más importante estar vacunado correctamente

Otro motivo para vacunarse es que hoy en día vivimos en una sociedad global donde los movimientos entre países y los flujos migratorios son constantes. También vivimos en un momento en el que viajar a otros países o colaborar en ONG en países en vías de desarrollo son actividades frecuentes. No vacunarse incrementa el riesgo de que ante un viaje o un contacto con un extranjero de un país donde estas enfermedades siguen siendo prevalentes y donde la cobertura vacunal no es mayoritaria, podamos contagiarnos de enfermedades que ya no vemos en nuestro país, como ha ocurrido con la difteria y un supuesto contacto con alguien de algún país del este. Aunque esta entrada está escrita desde España, sé que tengo muchos lectores en Iberoamérica y otros países del mundo. La situación en cada país tiene sus peculiaridades, no lo olvides e informarnos del caso concreto de vuestro país.

Muchas enfermedades son más graves en la edad adulta

Otra de las cosas que ocurren cono lo niños no vacunados es que corren el riesgo de enfermar de adulto de enfermedades que son más graves de adulto que de pequeño, por ejemplo la varicela o el sarampión. A lo mejor no tienen problemas de pequeños gracias a la protección de la inmunidad de rebaño, pero en la edad adulta se contagian en un brote esporádico o en un viaje al extranjero sufriendo un cuadro más grave de lo normal. Es una lotería. Al niño que enfermó de difteria en España el 29 de mayo (2015) le tocó a los 6 años. 


Pero, ¿tienen razón algunos padres convencidos de que algunas enfermedades de sus hijos las han producido las vacunas?

Pues es posible. Así lo reconocen los prospectos de las vacunas y publicaciones científicas. Hagamos un simple cálculo orientativo en base al calendario vacuna actual:


Si asumimos que este año nacerán unos 400.000 niños España (datos nacimientos 2013 INE), durante su primer año de vida recibirían un total de 12 dosis de vacunas por niño, lo cual supone un total de 4,8 millones de dosis cada año solo en ese grupo de edad en España. Si asumimos que los efectos secundarios importantes pueden aparecer en 1 de cada millón de dosis puesta y los más raros 1 por cada 10 millones, a pesar de su seguridad se están produciendo cada año unos 4-5 efectos secundarios importantes en España en esta grupo edad cada año y 1 muy grave cada 1 ó 2 años. Incluso si incluimos reacciones adversas un poco menos graves y que no todas las vacunas tienen el mismo perfil e seguridad, y asumimos que fueran más frecuentes, del orden de 1/500.000 ó 100.000 dosis como algunos estudios reconocen, los números siguen siendo minúsculos en comparación al beneficio que ya hemos visto que aportan las vacunas. Pero está claro que al que le toca, le toca y las familias y los pacientes necesitan que se les reconozcan.

Más comparaciones para relativizar los efectos de las vacunas. Centrémonos sólo en una vacuna para simplificar la comparación y volvamos a la triple virica:
  • Cada persona va a recibir 2 dosis de esta vacuna a lo largo de su vida, cada generación de 400.000 niños recibirá 800.000 dosis. Se puede esperar en nuestro país 10 reacciónes adversa graves y 1 muy grave por cada 10 generaciones (4-5 millones de niños vacunados de la triple vírica). 
  • Si asumimos que el 80% (o más) de la población pasaba el sarampión, la rubéola y la parotidotis a lo largo de su vida antes de la era de la vacuna, la vacunación de esta cohorte de 10 años de 4 millones de personas está evitando en nuestro país 6000 muertes por sarampión, 3000 casos de encefalitis por sarampión, 500 por rubeola, entre 500-10.000 de meningitis y encefalitis por parotiditis (y sus secuelas), entre 15-30 casos de Panencefalitis esclerosante subaguda (SSPE) por sarampión, 30.000 casos de pancreatitis y 150 casos de sordera unilateral por parotiditis, casos de rubeola congénita  etcétera, etcétera etcétera...
Estos casos raros de reacciones adversas graves a las vacunas dejan un sabor agridulce. Asumimos como normal el beneficio de las mismas, casi no valoramos todo de lo que nos protegen, pero cuando existe 1 caso de perjuicio entonces ese único caso tiene más peso para algunas personas que los beneficios que nos aportan, y es lógico que para esa familia concreta lo tenga, pero no para el resto de la sociedad. Imágenes como estas son las que evitan las vacunas hoy en día, no las olvidemos:


Arriba izquierda: Pulmones de acero para niños afectos de parálisis por infección aguda de polio.  Hospital de Rancho de los Amigos EEUU 1953 (hoy día tenemos la ventilación mecánica asistida). Fuente Wikipedia
Arriba a la derecha niños con secuelas de poliomielitis.
Abajo adolescentes con secuelas de la polio hoy en día


Derecho a la salud de los niños y sistemas de compensación de daños por vacunas

No vacunar por cuestiones ideológicas supone negar el derecho a la salud de los niños, cuando no se hace por miedo a una reacción adversa sufrido por un hijo propio puede ser comprensible, aunque estadísticamente es muy improbable que ocurran dos en la misma familia. Estos días se habla mucho de proteger el derecho del niño a la salud según la mejor evidencia científica disponible en el momento, pero forzar la obligatoriedad de la vacunación como proponía el Sr. Boi Ruiz me parece un extremo que puede ser contraproducente y generar más rechazo, así lo confirman la mayoría de los expertos, hay que convencer con argumentos y no con imposiciones, sobre todo si antes no se adoptan otras medidas indemorables: Los sistemas de compensación de daños por vacunas (14). 

Países con sistemas de compensación por reacciones adversas a vacunas. Informe OMS

19 países en todo el mundo disponen de sistemas de compensación por daños ocasionados por las vacunas, entre ellos, Francia, Alemania, Reino Unido, Suecia, Noruega, Austria, Suiza, Dinamarca o Estados Unidos, que se financia a partes variables por la industria farmacéutica y el sistema sanitario mediante aportaciones a un fondo de compensación (14). Se trata de compensar a las escasísimas personas que sufren una reacción grave a una vacuna por el riesgo que han asumido para el beneficio de la comunidad, y de esta manera la comunidad asuma las consecuencias poco probables de una reacción adversa grave. Estos sistemas son todavía más necesarios ante vacunaciones obligatorias por motivos de salud pública como brotes de sarampión o la meningitis, o al colectivo sanitario que se vacuna cada año de la gripe. Lejos de generar desconfianza, estos sistemas aportan garantías y seguridad a las personas que entran en los programas de vacunación, y obliga al sistema sanitario a invertir en prevención de reacciones adversas y control de malas prácticas. Además evitan que los padres cuyos hijos sufren una improbable reacciona adversa grave a una vacuna no tengan que estar años de litigios legales para que se reconozca la relación causal y dispongan de una ayuda que compense parcialmente el efecto secundario sufrido.
Se puede consultar la web del National Vaccine Injury Compensation Program del gobierno de estados Unidos en este enlace.

Además hace falta una mayor implicaciones de los profesionales sanitarios, especialmente de pediatras, en la monitorización y la notificación de relaciones adversas tras vacunación. La mayoría de los profesionales pensamos que las vacunas no producen ningún daño grave nunca y raro es el médico o la enfermera que relaciona una enfermedad con una dosis de vacuna y la notifica. Si no se presta atención o no se sabe lo que se busca, no se ve. En 14 años de ejercicio de medicina he visto dos casos de Síndrome de Guillain Barré a los pocos días de una vacuna de Td adulto y el otro de la Gripe A. Y este mismo año un caso de pancreatitis autoinmune a las 4 semanas de una dosis de Td, también en adultos. Son casos sospechosos que fueron notificados a los organismos de control de seguridad de medicamentos. Estemos alerta y notifiquemos!

¿Se puede reducir el bajo riesgo de las vacunas reduciendo el número de dosis necesarias?

Si, aunque a nivel individual suponga solo un par de dosis menos de vacunas en toda la vida, algo se puede hacer, y a nivel poblacional si que se notaría el efecto.

Podemos reducir el numero de dosis administradas y así aumentar la seguridad evitando reiniciar vacunaciones innecesariamente (algo que se hacía hasta hace pocos años con la vacuna del tétanos, de la cual hemos puesto dosis innecesarias en los últimos años). Dosis puesta, dosis contada, no es necesario reinicar la vacunación de cero por saltarse una dosis.

También es posible replantearse los calendarios para reducir el numero de dosis necesarias. Algunos países nórdicos comienzan a vacunar a los 3 meses  en vez de a los 2, reduciendo el número de dosis necesarias para conseguir la inmunización de la difteria, el tétanos, la tosferina, haemofilus y polió de 4 a 3 en los primeros 18 meses. Esto es posible ante determinadas situaciones epidemiológicas y si las madres están correctamente vacunadas, pero no siempre.

O por ejemplo, retrasar la vacuna de la hepatitis B al nacer si no hay riesgo de contagio de la madre y ponerla a los 2 meses (que todavía ponen algunas comunidades), ¿no podemos dejar tranquilo al niño después de nacer, que se adapte poco a poco a su nuevo medio y madure su sistema inmunitario?

E incluso retirar el coadyuvante de las vacunas de recuerdo a partir de cierto número de dosis (20) pues ya hemos comentado que parece no modificar la respuesta a las dosis de recuerdo.

Tú también puedes notificar una sospecha de reacción adversa a un medicamento o vacuna

Es muy importantes que funcionen bien los sistemas de control y notificación de reacciones adversas a medicamentos.  Como informé en la entrada sobre seguridad del paciente, la web del la Agencia Española de medicamentos y productos sanitarios AEMPS, dispone de un apartado donde tanto médicos y enfermeras/os como pacientes pueden notificar estas reacciones adversasPodeis acceder a notificar vuestras sospechas de reacciones adversas a través de este enlace o en la barra lateral del blog en el recuadro "notificacion de reacción a medicamentos". Se consideran sospechosas las reacciones ocurridas hasta 4-6 semanas de la aplicacion de un medicamento o vacuna (algunas publicaciones admiten hasta 2-3 meses postvacunación) (13). Anímate a notificar por la seguridad de todos.

Conclusiones

  • Las vacunas incluidas en el calendario vacunal son muy seguras y sus efectos secundarios son leves y poco frecuentes.
  • En casos excepcionales pueden producir efectos secundario grave con una frecuencia de aproximadamente 1-2 por cada millón de dosis puesta, por lo que la vacunación aporta indudables beneficios con un riesgo extremadamente bajo.
  • Los grupos antivacunas tienden a infravalorar de forma excesiva las complicaciones de las enfermedades infecciosas, mientras que magnifican de forma alarmante los raros efectos secundarios de las vacunas, ofreciendo una visión muy sesgada de la realidad que resulta alarmista y genera desconfianza infundada a la población.
  • Dejar de vacunar a un niño le pone en riesgo a él y al resto de su comunidad, especialmente a las personas más debilitadas y no vacunadas por cuestiones de contraindicación o de dificultad de acceso a la sanidad, y dificulta la labor de erradicar enfermedades del planeta.
  • En un mundo globalizado tarde o temprano deberíamos de vacunarnos si no queremos asumir riesgos de enfermedades graves prevenibles.
  • Informar a las personas sobre los pros y contras de las vacunas para que puedan tomar decisiones bien asesoradas, es la mejor forma de convencer a la población para que se vacune, y es preferible a negarles una parte de la realidad o a obligarles a vacunarse por ley.
  • España necesita un sistema de compensación de daños por vacunas como lo tiene otros paises de nuestro entorno y una mayor implicación de los profesionales sanitarios en la prevención, diagnostico y notificación de las reacciones adversas a medicamentos incluidos las vacunas. Los ciudadanos pueden notificar sus sospechas en esta web de la AEMPS.
  • Médicos de familia, perdiatras y epidemiólogos y especialistas en salud pública han de unificar sus criterios para recomendar las mismas vacunas en base a la mejor evidencia científica, y establecer bien claro cuales son las vacunas realmente necesarias. 
Reflexionemos, relativicemos y vacunémonos a nosotros y a nuestros hijos de lo justo y necesario.



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Referencias

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  2. Vaccines are not associated with autism: An evidence-based meta-analysis of case-control and cohort studies
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